Conmigo tú no eres ni mejor ni peor, y yo soporto igualmente bien tu presencia como tu ausencia; por otra parte el cúmulo de olvidos que tengo dentro demuestra cuántas cosas más podré llegar a olvidar. Con esto quiero decir que a mí nunca me han conmovido los llantos perpetuos, por lo que he decidido luchar sola y aprender con esta lucha a conocer con qué profunda justicia las mayores fuerzas adversas, a la vez que nos desgarran, nos consuelan y nos liberan.
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